viernes, 26 de diciembre de 2014

El Clan de la Mariquita Cavernaria

Quedamos a tomar un caldo, como no podía ser de otro modo, en la Sierra de las Villuercas, un entorno ad hoc no muy lejos de donde se desarrolla su historia, para tener una charla con Didí Escobart, artista extremeña que acaba de sacar su último libro, El Clan de la Mariquita Cavernaria (Stonewall) ambientado en la Extremadura de hace 17.000 años.    


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Hablar con Didí es siempre prometedor, porque no sólo aprendes de todo, sino porque también lo hace empleando la ironía y el sarcasmo, ácido -supongo- como el tomate extremeño.

clubberplex.- Imagino que, como suele suceder en estos casos, habrás tenido que documentarte sobre el Paleolítico. ¿Tienes noticia de algún indicio prehistórico en el norte de Cáceres? ¿Algún lugar de cruising o copas?

Didí Escobart.- Efectivamente, una labor previa de documentación es indispensable, especialmente ante una obra narrativa ubicada en un contexto diferente al actual. Este trabajo de búsqueda, recopilación y verificación de datos se extiende hasta el último momento, incluso una vez terminado el libro, en el periodo de revisión del manuscrito, momento en que el autor recibe además el asesoramiento del corrector del equipo editorial. De todos modos, por mucho que me haya ceñido a la información científica existente en la actualidad, también hay algunos datos que me he sacado del moño. Esta, como cualquier otra otra novela prehistórica, es una obra de ficción, y como escritora estoy en todo mi derecho de tomarme alguna que otra licencia literaria. ¡Faltaría más! Como siempre suelo decir “¡Es mi libro y escribo lo que me da la gana!”.





cp.- A lo largo y ancho de tu obra artística -no sólo me refiero a lo literario- el humor es una constante, incluso en obras como Mi Extraña Dama, de claro corte dramático. ¿Es algo buscado o, por el contrario, es algo inevitable?

DE.- Buscado puede ser o no ser, pero lo que sí está claro es que es algo inevitable, ya que sin ningún género de dudas no lo puedo evitar. Me sale de forma natural. No soy una persona con muchas capacidades, pero esa, sin lugar a dudas, sí la poseo. Cualquier persona que conviva conmigo sabe que soy una payasa irredenta las 24 horas del día. Va en mi naturaleza.


 cp.- Es tu quinto libro y tiene todos los visos de ser una saga. ¿Me equivoco?

DE.- Bueno, puede que lo sea y puede que no. Por lo pronto tengo unos tres libros medio escritos, que tendría que publicar antes que esa supuesta segunda parte de El Clan de la Mariquita Cavernaria. Es probable que escriba  una continuación, aunque solo sea por lo bien que me lo he pasado escribiendo este libro, y el cariño que le he cogido a los personajes. Pero no es probable que lo haga en breve. Tendrían que pagarme un adelanto... y me temo que nadie va a hacer eso.

cp.-   ¿Crees que la sátira en otro contexto histórico hace más asimilable la actualidad? Mójate un poco, ¿cómo describirías el momento cultural en España y, sobre todo, en Madrid?

DE.- La sátira descontextualizada por lo menos asegura que la propuesta resulte chocante, quizá incluso que llame algo más la atención, pero no tengo claro que resulte más efectiva. Yo no sé que hay que proponer para hacer reaccionar a la gente. Se atraviesa una gran crisis, la gente pasa hambre, los de siempre se enriquecen, el pueblo pierde calidad de vida, pierde presente y futuro... y la gente solo sale a la calle a festejar que ha ganado la selección española. El momento cultural es patético, y todos los que lo formamos, también.

 cp.-   ¿Podríamos encontrar en alguno de los personajes de la novela una relación con algún personaje real?

DE.- La novela está repleta de guiños a múltiples personajes populares. Incluso un mismo personaje puede, en diversas situaciones, recordarte a uno u otro personaje conocido de la actualidad. También hay muchos guiños al cine, la música, la televisión, la literatura... casi resulta divertido ir localizándolos. Esto es algo que llevamos mucho tiempo viendo en Los Simpson, por ejemplo. Y a mí me gusta ir esparciendo esa cultura audiovisual. Intertextualizándola, como diría mi amiga y vecina Lucía Etxevarría.

cp- A veces, un grupo de descerebrados sólo necesita una remota hipótesis para convertirla en ley, como le ha pasado a tu colega Dan Brown y su rocambolesca teoría de Da Vinci y los Illuminati ¿No has pensado que con El Clan de la Mariquita Cavernaria puedes provocar esa reacción en los radicales gays?

DE.- No existen radicales gais, lamentablemente. Existen, como mucho, cuatro comprometidos, adalides de ciertos valores. Pero mayormente lo que existen son solo terroristas gais. Una facción obsesionada con el dinero y el poder, otra con el sexo y las drogas. Y las diversas combinaciones de todo esto. Interesados en la literatura hasta ese extremo no conozco a nadie, así que no hay problema.



 cp.-   ¿Por qué crees que hay que leer tu libro?

DE.- Porque supongo que tendréis mucho afecto a vuestras piernas, y si no lo compráis y leéis, enviaré a unos rusos a que os partan las piernas a todos. Y porque creo que hay que apoyar la literatura, comprando todo tipo de libros, ¡incluso los míos! Y porque El Clan de la Mariquita Cavernaria es muy probable que os haga pasar un buen rato y os arranque alguna que otra sonrisa. ¡Y si no esos rusos os arrancarán los dientes, uno a uno! ¿¡Lo habéis entendido!?

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