martes, 10 de marzo de 2009

Una dosis de cordura


Hace un tiempo, dediqué unas palabras a la actitud fascista de la UE en el asunto relacionado con el viajar en avión. Pasaba de convertirse en un placer o un negocio a una auténtica tortura para los ciudadadon normales.

Hoy el Tribunal de Justicia de la misma UE nos da la razón. No somos unos paranoicos que exigimos absurdos derechos: somos ciudadanos indignados con que los Estados nos traten como delincuentes.

El dictamen se refiere al caso del ciudadano austriaco Gottfried Heinrich, que el 25 de septiembre de 2005 fue interceptado en el control de seguridad del aeropuerto de Viena por llevar en su equipaje de mano raquetas de tenis, artículos supuestamente prohibidos.

No obstante, acabó embarcando en el avión con las raquetas. Posteriormente, el personal de seguridad le ordenó abandonar la aeronave. El señor Heinrich denunció el caso ante la justicia austriaca, que presentó una cuestión prejudicial ante el TUE.



En su sentencia, el TUE recuerda que un reglamento comunitario sólo puede producir efectos jurídicos si ha sido publicado en el Diario Oficial de la UE.


Pero además, "las medidas de adaptación de la lista de artículos prohibidos que figuren en ese anexo no pueden imponerse a los particulares".


De modo que dejen de tocarnos los cojones en los aeropuertos. La Ley nos proteje.



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