¿Recuerdas el grupo de los ochenta que se llamaba así?
En la España del siglo XXI, en la de los avances en algunos campos, como en los derechos, todavía queda espacio para monstruos anacrónicos, para engendros neandertales, para sexualidad perversa.
Es el caso de la Iglesia, como ya habías imaginado. La institución, como una Gran Hermana de turno cualquiera, nos sorprende cada semana queriendo estar en la rabiosa actualidad, en el candelero, y si no fuera por lo antiestético, en la portada del Interview, que son los tres lugares comunes más visitados por la farándula que padece el mal agudo de la cachipolla.
Esta semana toca el tema gay. Como sicólogo vocacional que soy me atrevería a diagnosticar algo grave en esas mentes recurrentes, pero como soy sólo vocacional, me voy a abstener.
Vamos al caso. La Iglesia española acusa a Supervivientes de Telecinco de “homosexualizar la sociedad”.
Ea. Y se queda tan ancha.
Se atreve a sentenciar tamaño exabrupto porque en esta edición de Supervivientes hay -hasta donde se sabe- dos maricas: El presentador Jesús Vázquez y el concursante Iván. Claro, debe ser mucho marica por metro cuadrado para esas mentes preclaras.
Por lo pronto, se me ocurren varias soluciones a este problema:
1. Señores sacerdotes, ¿qué demonios hacen viendo ese programa? Digo más, ¿qué coño hacen viendo Telecinco?
2. A estas alturas ya deberían saber que lo gay no es contagioso. Pero si lo fuera, respiren tranquilos: nadie irá a tocarles por debajo de su vestido. Los gays no lo necesitan hoy en España. Salen y ligan, salen y ligan.
3. Ainssss, siempre preocupados por los demás. Si apagaran la tele y mirasen algo más alrededor, se lo agradeceríamos. Y seguro que se lo agradecerían mucho más los miles de niños que han sufrido infames abusos sexuales de damas escondidas en su Santa Casa durante eones. Eso les pasa por estrechos. Si fueran más tolerantes, sus damas pedirían permiso antes de metérsela a alguien, ¿no creen?
En fin. Sin ánimo de ofender -a las víctimas, naturalmente- la Iglesia siempre tocando los cojones.
En la España del siglo XXI, en la de los avances en algunos campos, como en los derechos, todavía queda espacio para monstruos anacrónicos, para engendros neandertales, para sexualidad perversa.
Es el caso de la Iglesia, como ya habías imaginado. La institución, como una Gran Hermana de turno cualquiera, nos sorprende cada semana queriendo estar en la rabiosa actualidad, en el candelero, y si no fuera por lo antiestético, en la portada del Interview, que son los tres lugares comunes más visitados por la farándula que padece el mal agudo de la cachipolla.
Esta semana toca el tema gay. Como sicólogo vocacional que soy me atrevería a diagnosticar algo grave en esas mentes recurrentes, pero como soy sólo vocacional, me voy a abstener.
Vamos al caso. La Iglesia española acusa a Supervivientes de Telecinco de “homosexualizar la sociedad”.
Ea. Y se queda tan ancha.
Se atreve a sentenciar tamaño exabrupto porque en esta edición de Supervivientes hay -hasta donde se sabe- dos maricas: El presentador Jesús Vázquez y el concursante Iván. Claro, debe ser mucho marica por metro cuadrado para esas mentes preclaras.
Por lo pronto, se me ocurren varias soluciones a este problema:
1. Señores sacerdotes, ¿qué demonios hacen viendo ese programa? Digo más, ¿qué coño hacen viendo Telecinco?
2. A estas alturas ya deberían saber que lo gay no es contagioso. Pero si lo fuera, respiren tranquilos: nadie irá a tocarles por debajo de su vestido. Los gays no lo necesitan hoy en España. Salen y ligan, salen y ligan.
3. Ainssss, siempre preocupados por los demás. Si apagaran la tele y mirasen algo más alrededor, se lo agradeceríamos. Y seguro que se lo agradecerían mucho más los miles de niños que han sufrido infames abusos sexuales de damas escondidas en su Santa Casa durante eones. Eso les pasa por estrechos. Si fueran más tolerantes, sus damas pedirían permiso antes de metérsela a alguien, ¿no creen?
En fin. Sin ánimo de ofender -a las víctimas, naturalmente- la Iglesia siempre tocando los cojones.
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Aaayy Javito, si esque piensas demasiao, luego nos metes runrunes en la cabeza y ale a dormir... pero a mi personalmente me encantan tus sibilinos comentarios. Un beso grande para todos, de Mario, por cierto Javito, haber si hablamos alguna vez. Bss.
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