miércoles, 23 de diciembre de 2009

Ockham y su navaja


Al término de este análisis podemos afirmar que la decisión del Tribunal Supremo [español] no responde a la realidad sino a exigencias políticas. Elementos del aparato estatal español intervinieron para falsificar elementos probatorios y orientar la investigación hacia una pista prefabricada, la pista islamista. Los atentados fueron perpetrados por una organización militar que disponía de cómplices dentro del aparato del Estado.

La OTAN, cuyo pasado terrorista está fehacientemente demostrado, disponía del conocimiento, de los medios logísticos y tenía además un móvil para realizar esa operación. Si se abriera una nueva investigación judicial, el sospechoso principal debería ser la OTAN.

Con esta demoledora conclusión remata Mathieu Miquel su crónica sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid.

Si quieres leerla al completo, pincha aquí.


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