Era de esperar.
Esta mañana ha aparecido el cadáver de Jonathan González Alcaudillo, vecino de Tomelloso, rodeado de extrañas circunstancias. Tras el pertinente levantamiento de cadáver por parte del CSI ciudadrealeño, Carmina, su mejor amiga y confidente, ha confesado, compungida:
![]() |
Lenny Kravitz, la siguiente. |
Era de esperar. Siempre ha querido ser el 'más' en todo. Cuando se hizo metrosexual, tuvieron que implantarle piel porque se depilaba cada 15 minutos; hace poco se le pasó la ventolera hipster, pero no fue casual, sino porque acabó en la UCI cuando bajó del bus y se le quedó enganchada la barba, que entonces ya le medía 2'47m.
La semana pasada acudimos al Primark de Gran Vía porque decía que, seguramente, allí encontraría la bufanda infinita que estaba buscando. Como era de esperar, ninguna era lo suficientemente ancha, así que se fue a la mercería y se compró 17 ovillos de lana y empezó a hacerse una para estrenarla en el concierto de los Gemeliers de ayer. "Xoni", le dije, porque así llamaba yo al Jony, "mira a ver, que en el concierto hará calor". Pero ni caso.
Ya en el concierto empezó a mudar la color de su gesto a un morado 'Podemos', pero no había quien le quitara la puta bufanda infinita de los cojones. "No me la quito ni pa dormir", me dijo. Era de esperar.
El CSI ha declarado en rueda de prensa: "Creo recordar que a este chico ya lo atendió una vez el cuerpo de bomberos para desincrustarle los vaqueros que se había plantado. El tejido se había consolidado con los huesos de cadera y fémur".
Mañana se celebrará el sepelio en la más estricta intimidad, al que sólo acudirán los 4.500 mejores amigos, la agradecida mercera y el lobby de fabricantes de laca: "Era nuestro Top Buyer. Ni en los 90 se gastó tanta laca en Tele 5 como nos compró él para sus flequillos".
Una pena todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario