viernes, 17 de agosto de 2018

Matagatos

Por un gato que maté, me llamaron matagatos.

O cría fama y échate a dormir.



Es frecuente escuchar a Eduardo Inda cacarear sus logros periodísticos. "Yo soy la persona que destapó el caso Bárcenas", dice habitualmente como carta de presentación y con una modestia que debe andar más allá de las colonias del mundo exterior. Pero que una vez hiciera algo útil no lo valida como dios a quien seguir. El pobre se quedó en One-Hit Wonder.

Como somos muy de simplificar, nos quedamos con algo de un personaje y hacemos política de tierra quemada con el resto. Eso lo hacen muy bien los fascistas cuando dicen que Franco "construyó muchos pantanos". Joder, si en 40 añazos de dictadura, mientras expolia y roba media España y se lleva otra media a Suiza no es capaz de hacer algo por el pueblo, ¡apaga y vámonos!

Lo mismo le pasa a Maradona. Para unos, se reduce a un orondo personaje bolivariano y cocainómano; para otros, es un dios digno de su propia religión

La cuestión es reducir, reducir, reducir. Y por ahí andan sueltos grupos muy peligrosos que lo saben y lo utilizan para su conveniencia. Y lo saben bien porque basan sus ideas en Rosenberg, Himmler o Goebbels, los artífices del monstruo nazi.

Cualquier parecido con Alt-Right y el nazismo es pura coincidencia


El Tea Party estadounidense se quedó viejuno, así que sus nietos millenials se han currado la Alt-Right, la derecha alternativa, que consiste, básicamente, en actualizar al siglo XXI las ideas de alcanfor de toda la vida y apostar por la supremacía del hombre blanco hetero. Seguramente has oído hablar de ellos porque se hicieron tristemente célebres por al caso de un tío que, como no ligaba ni a la de tres, se lio a matar gente. Entonces se habló de los Incel, los célibes involuntarios, que no lo son por ser feos, ojo, sino porque carecen de las habilidades necesarias para ligar. Para ellos, misóginos convencidos, la mujer es un objeto sexual hecho para su uso. Punto.

La conexión entre Incel y Alt-Right no la hago yo. Puedes leer algunos buenos análisis aquí, aquí o aquí.

Y eso me devuelve al reduccionismo con el que empezaba.

Que haya un youtuber que destape los abusos que se cometen en nombre del feminismo —cosa que comparto— no significa que sea un iluminado a quien seguir en todo lo que piensa. El hecho de que pueda tener más o menos razón en alguno de sus postulados no indica que su palabra sea dogma. Cuidado.


Para acabar, te dejo este demoledor estudio en el que destripan los entresijos de este movimiento elitista, hecho a la medida del hombre blanco, universitario y heterosexual. El resto, hombres blancos pobres, trabajadores, no universitarios, mujeres, no sois más que objetos, no-actores.





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